Cautivadora, inteligente, simpática, muy perfeccionista y resuelta en todo momento. Estas podrían ser algunas de las características de la que pasará a la historia como la primera niña Ángel de Tudela. Amaya se ganaba a todos los que tenía a su alrededor con su alegría y locuaz conversación, demostrando además mucha tranquilidad y confianza en si misma desde el primer ensayo que realizó como suplente. Consciente de todo el interés que despertaba, jamás perdió la naturalidad ni la templanza. Y así voló sobre Tudela el 23 de marzo de 2008. El día amaneció despejado pero la lluvia apareció momentos antes de las 9:00 obligando a proteger la Virgen y a acompañar a la pequeña a la Casa del Reloj bajo un paraguas. Sin embargo, como si de un milagro se tratase, cuando la procesión apareció en la Plaza Nueva las gotas dejaron de caer y un tímido sol iluminó el Templete cuando de él salió volando el Ángel. Movimientos perfectos, expresión serena y brillo de ilusión en la mirada. Amaya no sólo bordó su papel sino que conquistó a todos los que nos emocionamos al verla y dejó claro que los Ángeles sólo son eso: Ángeles.

Fotos de B.Aldanondo-F. Pérez-Nievas-J.J Pérez de Obanos

Escrito enviado a los medios de comunicación, al Ayuntamiento y al Deán de la Catedral anunciando al Ángel y al suplente del año 2008.
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[fotos de Blanca Aldanondo del Diario de Navarra]