2009
Diego Hernández Aranda
Acababa los ensayos jugando al ajedrez.
Un niño inteligente, simpático y divertido, que demostró en todo momento gran interés por ser el Ángel de Tudela. Lo que todavía no sabía cuando fue elegido era que iba a pasar a la historia, entre otras cosas, por estrenar un nuevo Templete y una nube también renovada. Diego aprendió rápido todos los pasos de su representación, y realizó su papel de maravilla.
El domingo 12 de abril de 2009 dio una tregua tras las lluvias del día anterior y la ceremonia pudo lucir todo su esplendor: impresionantes los frescos de las puertas del cielo, elegante y delicada la nueva nube y un Ángel bello, sereno y solemne. Voló con suavidad, serio y concentrado. Anunció la Resurrección con voz fuerte y firme. Y retiró el Velo de luto, consciente de que todo había salido como él quería, perfecto. Enhorabuena Diego.
[Fotos de Blanca Aldanondo]