1998
El 12 de abril de 1998 Iñigo surcó el cielo de la plaza nueva de Tudela para representar la tradicional bajada del ángel. Fue un niño con unas inmensas ganas de representar al arcángel san Gabriel. Su ilusión embargó a todos los que estuvieron con él preparando la ceremonia. Al llegar a la casa del reloj se mostró impaciente porque todo diera comienzo y muy observador de todo lo que estaba sucediendo. Conocía perfectamente todos los detalles de lo que tenía que hacer y también de lo que rodeaba al acto. A pesar de que él mismo afirmó que no pudo colocarse el velo sobre su hombro “a la primera porque le chocaba con las alas”, su actuación fue muy emocionante, tal y como el propio Iñigo la vivió. Además se mostró muy ilusionado con recibir la primera comunión posteriormente a la celebración y durante la cual también se celebró el bautizo de su hermano pequeño David.