1987-88
Este precioso rubiales voló sobre la Plaza Nueva en dos ocasiones muy distintas, debido a la meteorología. El primer año Elías fue un Angel acompañado de un sol radiante. Todo discurrió como estaba previsto y el niñó bordó su papel. Pero en el año 1988 un aguacero pareció poner en peligro que Elías nos anunciara la resurrección de Jesús. Poco antes de las 9:00 de la mañana la plaza estaba prácticamente vacía, pero en esos pocos minutos que faltaban para la hora de salida del Angel la gente acudió fiel a la cita, y el pueblo de Tudela volvió a llenar el lugar. Elías se había mostrado un poco nervioso debido a la situación, pero Javier Cordón le tranquilizó rápidamente. Elías, que ya sabía a lo que se enfrentaba, hizo una peculiar petición: llevar colgado el pie izquierdo, que fue el mismo que llevó en el año anterior, y con el que se sintió cómodo volando. Y voló bajo la lluvia, un poquito más rápido que de costumbre, volviendo a representar su papel impecablemente. Todo salió según lo previsto, tomando Elías su primera comunión, puesto que ya tenía la edad de recibirla. Volvió el Angel a llenar de luz el oscuro cielo que cubría Tudela.