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La tradición es cultura, es la herencia social que se transmite a las futuras generaciones.
En el caso de la “Bajada del Angel” la herencia de esta tradición ha pasado a Ana María Arregui, Miguel Ángel Vallejo y su hija Ana que continúan la gran labor de conservación de la tradición que inició en su día doña María Álava .
La familia Vallejo-Arregui es la encargada de todos los preparativos que comienzan meses antes de la Semana Santa. Ana Arregui es la heredera de esta tradición familiar llevada a cabo hasta 1997 por su tía María Álava Alba. Ésta, junto con su madre, Rosa Alba, ostentaron la responsabilidad del acto durante 138 años.
En la actualidad recaen sobre Ana Arregui los cargos de Señora y Doncella de la Virgen y su hija, Ana Vallejo se encarga de la custodia del velo de raso negro.
La familia Vallejo-Arregui , con la inestimable ayuda de Marcos Milagro, Zoraida Hoyos, siguen poniendo la misma ilusión todos los años. El Ángel es algo intrínsecamente unido a sus vidas. Meses y meses de preparación, de horas dedicadas a la elección del futuro Ángel, a enseñar a los niños los mínimos detalles de la ceremonia, de animarlos y alentarlos a que su vuelo por la maroma sea perfecto.
El Domingo de Resurrección cuando ya vestido el Ángel y cuando Ana María se dispone- como hace siempre- a peinarle, su voz cálida, pausada y suave da tranquilidad al niño: “lo sabes hacer perfectamente, tranquilo, tú a lo tuyo”.
Cuando el Ángel regresa al templete una vez terminado su mágico vuelo a través de la plaza y sus puertas se cierran, los que queremos y conocemos bien a la familia Vallejo-Arregui, respiramos satisfechos: “Estarán contentos, todo ha salido una vez más estupendamente”.
Familia Martín-Audera
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